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Amo la libertad que las mujeres tenemos en el siglo XXI, amo poder ser exitosas, independientes y también que podamos aspirar a altos cargos, sin embargo a veces me cuestiono acerca del roll de madres, de esposas y amas de casas que antes debíamos ejercer y que ahora es solo una de muchas opciones.
Observando y cuestionándome detenidamente me doy cuenta que en definitiva amo mi carrera y adoro la idea de ser exitosa y dedicar mi vida entera a ello pero también pienso que aunque nunca lo diga en voz alta deseo con todas mis fuerzas ser esposa, encontrar a alguien que me inspire, que me sonría en las mañanas, que me espere en casa, alguien con quien hacer de todo o simplemente con quien sentarme a hacer nada, alguien que sepa que soy todo un desastre cuando me estreso, que se dé cuenta lo zombie que me veo en las mañanas y aun así me ame.
Alguien que me de dos hermosos hijos, que discuta por no levantarse a hacer teteros o cambiar un pañal que se enoje porque olvido fechas especiales o por llegar tarde a cualquier lugar.
Hoy (después de asistir a un matrimonio)amanecí con el sentimentalismo a flor de piel que me hace pensar en que a veces no quiero ser una mujer de aquellas que tan solo tienen éxito en su profesión, que olvidan o suprimen sus ganas de ser amadas.
No se si mi educación un poco tradicionalista está saliendo a flote pero hoy aunque muchas personas no lo crean declaro que quiero en mi vida a alguien que me quiera en la suya que no vea solo lo graciosa, sexy o sabelotodo que puedo llegar a ser que sepa que soy un tormento, que puedo ser la más intensa de todas pero que me ame así y que deje amarse de la manera loca, desenfrenada e irracional que yo quiero hacerlo.